Ahora le tocaba al Equipo Raidermania.
A las 9 de la mañana Toni, Josep, Lulú y yo (Javi) llegábamos a la Font del Molí, en Finestrat.
Ahí comenzaría la ascensión, en la cual nos daríamos cuenta que la mejor preparada y la que menos se quejaba sería la integrante femenina del grupo, es decir, Lulú.
Comenzamos a subir por la ruta que te lleva hasta la tan famosa y temida Pedrera, es decir por la cara Sur.
Los primeros tramos no presentaban dificultad, pero sin darnos cuenta íbamos poco a poco subiendo y cada vez el clima se hacía más frío y la cima estaba más próxima. En poco tiempo ya nos encontrábamos a los pies de la Pedrera, y ahí comenzaba la parte más dura de esta ruta, pero a la vez la más bonita, pues a la vez que ascendíamos podíamos alegrar nuestras vistas con las bonitas imágenes del mar, el cual reflejaba los pequeños rayos de sol que eran capaces de atravesar las densas nubes que se extendían por el cielo.
En este tramo nos salió el instinto animal, pues el desnivel era tal, que de vez en cuando era necesario incluso usar las manos, es decir, habíamos retrocedido en la historia y habíamos involucionado hasta australopithecus. Nos tocaba subir agarrándonos a lo que fuera, ramas, árboles, raíces... cualquier zona era buena para poder seguir subiendo y no descender. Pero siempre hay alguien más preparado, o alguien que ha estado haciendo entrenamientos secretos y por tanto no le cuesta subir y además se conoce a la perfección la zona y sabe donde están los senderos, otra vez la integrante volvía a destacar en esta subida (para que la llevaría).
Después de una hora y cincuenta minutos conseguiríamos culminar el Puig Camapana. La subida había sido dura pero la recompensa la teníamos sólo al mirar al nuestro alrededor. Desde allí además del mar podíamos ver las montañas de Aítana, Ponoch, Aixorta y Bernia... El paisaje era marvilloso, pero el viento frío hizo que en pocos minutos retomáramos la ruta, pero esta vez de descenso.
Ya era hora de descender por la Cara Norte.
Nos enfrentábamos a una fuerte pendiente descendente, y ahora tocaba ponernos al límite, pues cuando nos dimos cuenta Toni lideraba el grupo al comenzar a trotar y a disfrutar del aire que hacía que descendiéramos a mayor velocidad. Durante la bajada, la joven promesa del grupo, la cual estuvo liderando la subida, quedaba relegada a la última posición, le estaba pasando factura la subida y sobre todo el haber bebido de charcos cuya pureza y salubridad eran discutibles.
Después de una hora y 36 minutos ya habíamos llegado al punto de partida. Ahora tocaba cambiarnos, coger el coche y volvernos a casa.
Otra cumbre conquistada por el EQUIPO RAIDERMANIA ELX
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