Siendo la ultima noche de esta aventura y con casi todo el equipo durmiendo en la habitacion, comienzo a escribir lo que ha sido esta aventura pirenaica que hace brotar sentimientos que parecian olvidados. Tras algo mas de un año sin practicamente sentir la montaña, han vuelto a resurgir sentimientos olvidados, como colgar de una reunion o ver el pirineo desde un 3000.
Dire que esta vez parecia que habiamos venido a los pirineos a divertirnos y no a sufrir como en ediciones anteriores. Ahora, en un camping de lujo a precio de albergue, descansaria casi todo el equipo como si estuviera en un Hamman. Nota: La proxima vez no me toca la cama plegable.
Lo mejor de estos reencuentros son los momentos que nos hermanan con una cerveza en el bar, es que nuestras mentes vuelan facilmente hacia proximas aventuras, ya esten a nuestro alcance o no, pero una vez pasado todo, me pregunto: ¿donde esta nuestro limite? Yo pensaba que no teniamos mucha experiencia en la montaña, sin embargo, somos capaces de realizar diferentes actividades montañiles y aunque no las hacemos en un tiempo magistral, si que somos capaces de terminarlas, sin incidentes de mayor indole.
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