miércoles, 1 de abril de 2009

Que orgulloso me siento

-A las 5 de la mañana paso a por ti, le dije.
Con una sonrisa y un "cari", ella me contesto que a las 6:30, así que a las 6:50 salimos desde Elche hacia La Sagra. Era la primera vez que para ir a La Sagra pasaba de día por Murcia.
Pensaba que me esperaba un día de esos que vas andando por la montaña, acompañado por tu novia, y que no para de quejarse....PERO NO!!!
Increíblemente los quejidos se convirtieron en sonrisas. Tenía un objetivo para el que había estado entrenando.
Subir a La Sagra.
Los entrenamientos estaban surtiendo efecto. Al poco de salir del coche, alcanzábamos a 2 montañeros, con Jenny a la cabeza abriendo huella.
Pasamos una zona un tanto delicada, pero no encuentro muesca de sufrimiento en la cara de Jenny.


Parece que cuanta más dificultad, más disfruta.
Llegamos a la última pala antes de la cima, cuando sopla un viento de unos 50 km/h las fuerzas flaquean, pero por su cabeza no pasa en ningún momento la idea de retirarse. Sólo hay una cosa en su cabeza y es la cima de La Sagra.
Tras abrigarnos terminamos de alcanzar la cima. Foto de rigor y para abajo, porque sino nos quedamos pajaritos.


Hoy puedo decir que he disfrutado de la montaña como nunca y me sorprenden los vínculos que crea la montaña, ya que puedes llegar a pensar que ya no se pueden crear más lazos con una persona que llevas 8 años, pero te sorprende que un momento crítico en la montaña, sirve para que uno confíe más en el otro y reciba sensación de seguridad y también te enseña que juntos puedes alcanzar retos que sólo nunca podrías.

Me quedo con la sensación tan agradable, pese al frío y al viento, de llegar a la cima cogidos de la mano.

1 comentario:

trepadores dijo...

Si si, mucho bla bla bla, pero ¿Qué pasó en La Hoya?...

Grande Jenny, sinergia.